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domingo, 8 de abril de 2012

Puestos a reconocer...

Verle a lo lejos, con su paso cansado, con sus andares tranquilos. Paso a paso se va acercando, llega a tu lado y se sienta. Le miras, va guapísimo. Lleva el polo rojo, ese que le queda tan bien y sus vaqueros claritos, esos que le hacen un culo con el que te quedas embobada. Empieza a hablar, a hacerte reír. Tu no sabes si lo está haciendo aposta o no, pero te imaginas que lo hace por tí. Poco a poco te das cuenta de que llevabas razón, está loco por ti, y ¡qué coño!, tu por el también. Pero aquí llega el momento en el que te muerdes el labio lo mas fuerte que puedas porque sabes que no puedes lanzarte. Sabes que aún teniéndole cerca, muy cerca, escuchando su respiración y viendo como el brillo de sus ojos aumenta, rozandoos las manos...Y mueres por dentro. ¿Cómo vas a hacer para no imaginartele con su brazo sobre tus hombros, con su boca contra tu boca, con sus manos dibujando corazones sobre tu espalda?

1 comentario:

  1. Buena pregunta. Opino que lo mejor es dejar fluir y que ocurra. El qué? ... lo que dicte el corazón.

    mis besos

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