Ya me da
igual que no sea verano, que no sean vacaciones. Ya no importa
lo lejos que quede el viernes, ni
aquello a lo que todos califican como “felicidad” . La gente habla
de palabras perfectas, música perfecta, sensaciones perfectas...Pero, ¿qué
importan las palabras si no aprecias a quien te las dice? Y, ¿qué mas da
escuchar la canción mas bonita y alegre del mundo si estás totalmente hundido?
Esos famosos estereotipos para alcanzar la felicidad total son falsos.
Cada día que pasa en este mundo de locos todo da mil vueltas. De un día para
otro pueden cambiar las cosas de un modo irreversible. En un abrir y cerrar de
ojos tu manera de ver la vida puede volverse muy negra o, al contrario, de colores. Sé que, por supuesto, me faltan
millones de pasos por recorrer; en algunos
me equivocaré pero estoy segura de que la huella de mi zapato va a quedar bien
marcada en otros pocos. He comenzado a entender desde no hace mucho tiempo que
los malos momentos vienen solos, sin buscarles, que les hay de todo tipo, tamaño o forma y que son
terriblemente agotadores. Y sí, una vez mas vas a leer eso de "de ellos se aprende", porque es cierto,
esa es una de las verdades que nunca fallarán. En este caso, aprende a
buscar tu felicidad donde tú la
quieras encontrar, no te dejes guiar por la película que a todos les gusta, por
el chiste con el que todos ríen, por la música cotidiana y todo lo demás, sal y
déjate sorprender, crece investigando, crece fuerte, crece rodeada de gente que
te demuestra su cariño, simplemente crece sonriendo, crece a tu manera porque
nunca sabes dónde ni cuando vas a encontrar eso que buscas. No te preocupes, no
hay prisas. Tampoco es necesario ser extremadamente joven para lograr tus
metas. Y no olvides que jamás dejas de crecer. Y si después de esto necesitas
que sea sábado para ser feliz y no puedes hacer de un martes un día estupendo,
háztelo mirar ;)
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